viernes, 28 de marzo de 2014

Primavera



Esta primavera se anticipo unos días regalando un domingo caluroso, que nos tiró a la calle y nos animó a comer en la playa, no en un chiringuito, no, en la arena de la playa, sobre las toallas con pantalones vaqueros. A Tosía empecé quitándole zapatos y medias y acabé por quitarle todo, porque sus chapoteos cada vez eran más atrevidos. Acabó rebozada cual croqueta y muy feliz. Era la imagen de la libertad, saltando por la orilla desnuda. Yo temí que cogiera una pulmonía, pero me dejé llevar por la tranquilidad de papá piofaurio y por el evidente calor.
Esta mañana, sin embargo, corre un viento helado. Una de las mamás de la guarde nos ha invitado esta tarde a pasar un rato en su campo, que los niños se llevaran las bicis y desfogaran, mientras nosotras comemos tartas y bizcochos caseros. Pero ahora mismo somos un mar de dudas, porque la primavera loca nos tiene a los peques con toses y mocos. O están bien y no queremos que se resfríen. Igual acabamos en un parque de bolas, para que sigan coleccionando moratones y se diviertan, que es nuestro objetivo.
 Ansiaba su llegada, me encanta que el solecito ya caliente, que huela a azahar y que la mayoría de las tardes pueda escaparme de casa e irme al parque con las niñas. Pero para vestir a la prole es una locura. Miles de capas y posibilidades en sus bolsos, porque quién sabe a ciencia cierta qué tiempo hará.Le tengo fe a la predicción meteorológica, pero creo que la primavera la desborda. La lógica hasta ahora era abrigarse para salir de casa, pero la primavera nos sorprende y hay días en que habría que quitarse la rebeca al salir y ponérsela al entrar. Esa sería una información interesante para reflejarla en los mapas del tiempo.
Que la primavera la sangre altera es evidente en los institutos, se multiplican las disputas de amor entre adolescentes y los viernes a última hora se vuelven aún más insoportables. En mis pequeñas aún no se nota esto, ya llegará. En mí tampoco, que ando con mis deseos suavizados por la lactancia y me quedo dormida viendo a los muchachos de El príncipe, que tienen material para volvernos a todas locas. 
Ha pasado el invierno , al menos según el calendario, y no ha sido tan malo como pensaba. He llevado bien mi estreno como mamá de dos la mayoría de los días y ahora me encuentro con una bebé gordita, sonriente y feliz y con una niña charlatana dejando de ser bebé, aunque con importantes regresiones voluntarias que buscan el sentirse mimada como la hermanita.

"Por los callejones están saliendo muchas flores sin ningún control" cantan Los Delincuentes. Bienvenida, Primavera.


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