viernes, 25 de septiembre de 2015

La super madre trabajadora


De vez en cuando a Lucía y a mí nos viene bien pasar un rato las dos solas. Si estoy con las dos, la que requiere en todo momento mi atención es Victoria. Y, si no es ella la que se pega a mí como una lapa, soy yo la que tiene que estar muy atenta a que no se juegue la vida o haga alguna travesura. Como aparte de temeraria es muy graciosa y achuchable, paso el día dándole besos. Lucía también los necesita, así que suele acercarse y me pide "mimitos".

Por otro lado, me encanta obervar cómo juega Lucía. Tiene mucha imaginación y le encanta inventar y transformar. Juega con muchos juguetes a la vez, mezclando muñecos, piezas y demás. Esto último no me encanta tanto cuando me empeño en darles orden, pero bueno.

El otro día pasamos la tarde solas en casa. Comenzó siendo una peluquera de personas y animales. Me peinó, me echó un tinte rojo pasión, me pasó la plancha...Monísima me dejó. Luego, me explicó que también era doctora, y sacó su maletín de médica y se puso sus gafas de pasta azul y se colgó el estetoscopio.Uno de los utensilios para ejercer la medicina se transformó en una especie de martillo con el que construía casas. Especificó más adelante que, como no, curaba tanto a animales como personas y me pidió que fuera a ver a sus animales, porque aún no tenía clínica y tenía que visitarlos en casa. Había animales por todos lados: en cualquier caja, cesta... Era una veterinaria muy versátil, y lo mismo atendía a perros y gatos, como a ovejas, caballos y otras especies más exóticas. De pronto, apareció con su familia. Y qué familia: ¡¡¡cuatro bebés!!! Y, para colmo, con una hermana mayor, de la que decía estar más preocupada, ya no recuerdo por qué. No me digáis que no merece el premio a la mujer trabajadora del año: pluriempleada, con familia numerosa, la pobre conciliando ahí como puede, entre bebés y animalitos y personas a las que cortar el pelo. Un estrés. Gracias que al final pudo abrir su clínica, con su despacho y todo.

Lo mejor es que te lo va contando y manteniendo conversaciones contigo y así descubrí que, aparte de multiprofesional o multimadre, es una mujer con valores, muy preocupada, por ejemplo, por un perrito rosa que se quedaba sin dueño o por mí, porque me quedé muy seria (seguramente me estaba quedando dormida) mientras me echaba el tinte y esas cosas. "¿Qué te pasa, mamá? ¿Estás preocupada?"


Sacando a la prole a dar un paseo.


Al final, Lucía pudo montar su clínica. Este es el despacho.



Uno de sus pacientes.