sábado, 11 de abril de 2015

A mi niña le pasa algo

El título de esta entrada es una frase que repite mucho mi madre, la babu, cuando alguna de sus cuatro nietas están penosillas y sus padres estamos cansados, un poco hartos de lloriqueos y en ese momento somos incapaces de descubrir cuál es el problema. Tiene más razón que un santo la babu. No es que las niñas no lloren a veces por caprichos o algún asunto sin mucha importancia, lo hacen muchas veces, para eso son niñas; pero ese grado de "penosidad" constante y difícil de calmar suele tener un motivo más más "grave". 
Hace unos fines de semana, Lira Lira lloriqueaba más de lo habitual y no tenía mucho apetito. El domingo aparecieron los primeros síntomas de la enfermedad mano, boca, pie. 
Ayer, al llegar a casa, también la encontré más irritable de lo habitual. Por la noche vomitó toda la cena y esta mañana no quiere desayunar, solo su teta. ¿Será un virus? Seguramente. Mi hermano y mi cuñada llaman a mis niñas, cariñosamente, "las primas virus". Y es que, una vez adquirido el virus, lo propagan por toda la familia. 
Así que a mi niña le pasa algo, pobrecita. Aunque sea solo que dos colmillitos afilados están empezando a asomar por su encía.



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