sábado, 18 de julio de 2015

Nueva lectura de mamá: Padres conscientes, hijos felices.

Hace ya bastantes meses que terminé de leer Padres conscientes, hijos felices de Jon y Myla Kabat-Zinn. Fue una de las lecturas recomendadas en el curso de mindfulness e inteligencia emocional en el aula que he realizado este curso  junto con otros compañeros y compañeras docentes. El conocimiento del mindfulness ha sido como descubrir que la vida puede ser otra cosa, que se puede vivir de otra manera. La verdad es que aún no he incorporado la práctica de la meditación en mi día a día, pero sí que me esfuerzo por pararme de vez en cuando solo a respirar, es decir, a ser consciente de que estoy respirando; que de respirar no paro, gracias a Dios. O en algunas tareas cotidianas me esfuerzo por no estar haciéndolas y estar pensando en otras mil cosas a la vez, sobre todo si estoy con las niñas. Es difícil, me cuesta mucho, pero el saber que es un buen camino y que podría conseguir un mejor manejo de mi mente ya es algo por lo que agradecer siempre a este curso y a su ponente, Olivia Recondo. Y, por supuesto, el compartirlo con mis alumnas y alumnos, que hubiera algunos/as que me pidieran hacer las prácticas porque "maestra, hoy la necesito" es muy bonito. Sabes que estás compartiendo con ellos/as una herramienta importante para toda su vida.También les encantaba por "perder" un poquito de clase, para qué nos vamos a engañar.

Leer este libro me transmitía todas las noches un poquito de paz, era una lectura muy reconfortante. Por supuesto, como hago con todos los libros, he ido subrayando y haciendo anotaciones super eruditas al margen: una carita feliz, un ojo, una corazoncito, etc.  Volveré a él, a releerlo siempre que me apetezca o lo necesite. 
Su epílogo, sin embargo, lo he dejado señalado con un marcapáginas y lo reeleré con más frecuencia. Comienza por explicar cuatro prácticas de consciencia plena que puedes llevar a cabo en tu día a día. Estas prácticas te pueden ayudar a parar y fijarte en el momento presente (en tu cuerpo, en tu respiración), a aceptar las cosas tal como son y pensar que no tienen que ser como esperamos que sean; a de verdad estar presente para tus hijos y no en mil otras problemáticas que nos pueden ocupar la mente; y a reaccionar de manera más calmada y coherente. Continúa con siete intenciones para una paternidad consciente. Intenciones como aprovechar esto de ser papás y mamás para cultivar nuestra creatividad, para crecer, conocernos mejor y darnos cuenta de las verdaderas necesidades de nuestros hijos y nuestras hijas. Por último, este epílogo nos ofrece doce ejercicios para una paternidad/maternidad consciente. Ejercicios como intentar encarnar una presencia silenciosa, aprender a vivir en tensión sin perder tu propio equilibrio (esto aplicado al ámbito del instituto es muy útil) o permitir "que la firmeza surja desde tu consciencia, tu corazón abierto, tu discernimiento, en lugar de que surja del miedo, la pretensión de superioridad moral y el deseo de controlar".

Posdata:el mindfulness simplemente también puede ayudarte a no ser un desastre con patas, como es mi caso. Si no que se lo digan a la primita Inma, a la que le perdí su maleta repleta de ropa, zapatos, etc. Aunque ella está encantada con sus zapatos y su ropa nueva. 

Necesito atención plena en vena.




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