domingo, 26 de octubre de 2014

Cansancio, ¡¡danger!!

En las vidas ajetreadas que solemos llevar, el cansancio es algo habitual. Cuando eres mamá o papá, entra en tu vida para quedarse , se convierte en casi una constante y los momentos de descanso son lo más valioso.
Reconozco que con mis dos pequeñas en los primeros meses eran muchos los momentos en los que el cansancio subía de nivel, afectaba a todos los recovecos de mi mente y de mi cuerpo, ya no podía más, y lloraba. Tenía que llorar. Lloraba, me mimaban un poco, que las mamás muchas veces necesitamos ser nosotras las bebés, y ya está, me encontraba un poco mejor.

Los niños lloran cuando están muy cansados. Si se caen de sueño y no encuentran la manera de dormirse plácidamente, lloran, protestan, se pelean con el mundo. Que tú piensas y dices: "pues duérmete si tienes sueño". Pero no es tan fácil. Reconozco haber lloriqueado en soledad alguna noche de insomnio al no poder conciliar el sueño. También cogen enormes berrinches, más enormes cuanto mayor es el agotamiento. A veces he pensado que sonará a excusar a Lucía cuando está teniendo comportamientos insoportables el decir "es que no ha dormido la siesta", "es que debe estar cansadísima después del día que lleva". Pero no. Les condiciona y mucho. Ayer, tras la fiesta de cumpleaños de Vistoria, ya casi cerca de las doce de la noche, cogió dos super berrinches, en los que incluso retrocedió en su lenguaje y emitía unos sonidos que eran así como "ta, ta", "be, be". Vaya, que estaba fatal de lo suyo. La primera vez la llevé sola a un cuarto para que se tranquilizara, pero solo lo hizo cuando fui y la abracé. El berrinche surgió porque quería tirar un cojín de un sillón de casa de los abuelos al suelo para estar más cómoda y no la dejamos. El segundo berrinche fue en el coche, ya de vuelta a casa, cuando su padre no le puso el cinturón de seguridad a su bebé. Otro dramón. ¿Cómo se le quitó el berrinche?, cuando el movimiento del coche y la mano del papá, que se la ofreció para que se calmara, consiguieron apaciguar esa mente aturrullada, después de un día tan tan cargado de emociones. Es decir, si miro a la cara a Lucía, y tienes las ojeras más marcadas y los ojos caen para abajo,¡¡ danger!!

Lo peor es si un berrinche se suma a un cansancio materno o paterno, entonces puede arder Troya. Más vale que uno de los dos esté lúcido, tranquilo, descansado.

Conclusión: cansarse es muy malo, hay que procurar descansar como sea.

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo mamá piofario!! Ale lleva toda la semana sin querer dormir la siesta, se ve que los cinco minutos que duerme en el cole ya le sirven de excusa.... vaya tardes me esta dando!! El pobre no se aguanta ni él!!! Y yo mientras hago ejercicios de autocontrol para no endemoniarme jajajaja

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  2. Sí, esas mini siestas de la guarde hacen mucho daño, jajajaja. ¡¡Besos, guapa!!

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