miércoles, 10 de septiembre de 2014

Visualizaciones positivas

Había visualizado el primer día de cole de Lucía de manera muy positiva. Mi mente casi nunca para de imaginar situaciones futuras, a veces pintándome las cosas muy negras, hasta el punto de enfadarme o asustarme por cosas que aún no han sucedido, y otras mostrándome lo contrario, un panorama fantástico o tranquilizador. Imaginé esta vez que Lucía entraría al cole seriecilla, pero muy conforme, incluso ilusionada. Anoche, antes de acostarse, le recordé que iría al cole a la mañana siguiente y se puso muy contenta, pidiéndome que le enseñara su mochila. Sin embargo, su debut ha sido difícil para las dos. Para ella porque ha llorado muchísimo, no lo ha disfrutado como otros niños que se hacían la foto conmemorativa y jugaban antes de entrar. Para mí, porque no me esperaba su reacción y, tal y como te recomiendan, he salido corriendo, sin mirar atrás, dejándola allí, "abandonada", con su super berrinche. En mi huida arrastré a la abuelita Lola, que estaba con nosotras, y que habrá hecho un esfuerzo sobrehumano para dejarla así. Pensaba que, tras tres años de guardería, en los que apenas ha llorado al dejarla, esto sería pan comido. Pero la verdad es que si yo estaba nerviosa por lo desconocido, pues ella más: nerviosa, asustadilla, insegura. Es normal. Pero las dos horas siguientes me las he pasado con un nudo en el estómago, las lagrimillas asomando y contando mi pena a algunas personas. Al salir de su clase, me quedé en el colegio por cuestiones de trabajo, tenía que hablar con la directora, y escuchaba a lo lejos los llantos; en modo psicópata on, intentaba distinguir los llantos de Lucía entre los demás. 
Solo he vuelto a respirar con normalidad, cuando al recogerla la he visto tranquila, ha salido contenta y contándome lo que habían hecho y la seño me ha dicho que ha estado estupendamente. A ver mañana, ya voy preparada para otro momento difícil, no consigo la visualización positiva.
En mi futuro inmediato hay otras dos situaciones que creo debo visualizar positivamente, pero sin perder de vista que van a ser realidades complicadas.
Este curso voy a dar clase de Música. Como tengo el grado elemental de música y hacían falta profesores para ello, me medio ofrecí. Le impartiré clases a un 1º de la ESO, con flauta y todo. Intento visualizarme dominando la situación, pasándomelo bien tocando la flauta junto a mis alumnos y alumnas en total armonía. Me imagino proponiendo cosas chulas, como el poner una vez a la semana una canción elegida cada vez por uno de ellos, previo comentario de por qué la ha elegido. Quizá después la realidad es que me volveré loca con un montón de pre adolescentes dando pitadas con las flautas y tendré que contenerme para no rompérsela a alguno en la cabeza.
La otra situación es que impartiré clases también a un 1º de Formación Profesional Básica. Como los PCPI (programas de cualificación profesional), pero ahora los alumnos y alumnas pueden acceder antes, con 15 años, además de otras modificaciones. El alumnado de este grupo con el que estaré cinco horas a la semana lo componen chicos y chicas que, por diferentes motivos, han fracasado en la ESO, muchos de ellos con graves problemas de disciplina.Lo malo y los bueno es que los conozco de otros años y de la comisión de convivencia, jeje. En mi visualización positiva imagino, porque además sucede en muchísimos casos, que en esta ocasión van a aprovechar la oportunidad que se les da, que nos llevaremos bien y que trabajarán lo que les propongan.  Es mejor imaginar eso que no a imaginarme llorando por las esquinas porque no me hacen ningún caso.

Septiembre está siendo, por lo tanto, un mes de comienzos, mucho trabajo, muchos nervios, pellizquitos en el estómago y muchas visualizaciones del curso que estamos estrenando.


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