lunes, 3 de febrero de 2014

Tres añitos

Mi piofaurio preciosa ha cumplido hoy tres añitos. Qué felicidad. Es difícil explicar con palabras esta mezcla de orgullo, de alegría y de asombro que llevo sintiendo todo el día. La recién nacida de ojos muy abiertos, a la que pedí perdón por haber pensado que era fea al verla en la ecografía cuatro D, es ahora mi niña mayor, una hermana maternal y tierna.
Gran responsabilidad tienen los papás piofaurios, porque seguirá creciendo asida a nuestras manos y deberemos guiarla, enseñarla a manejar su genio, a controlar sus caprichos, ayudarla a descubrir el mundo, transmitirle valores y tantas cosas más. Qué miedo.
Es un privilegio disfrutar de ella, ver el mundo a través de sus curiosos ojos azules y reírse con sus ocurrencias. 
Ella también nos enseña: "Mamaaa, no se canta así, se canta con "pirófono" (micrófono)". Defiende a su hermanita: "Mamaaa, la hermana no está "colilla" (loquilla)". 
Es una persona muy diferente en carácter a los papás piofaurios. Es menos tímida, más nerviosilla... Ama los cumpleaños felices, cuando yo soy famosa en mi familia por llorar cada vez que entonaban la canción. Presumiblemente no tendrá miedo a volar, y yo tengo verdadera fobia. El otro día llenó una de sus mochilas de cosas (una que tiene ruedas como un maleta) y nos contó que se iba en avión. Nos íbamos los cuatro: mamá, papá, Tosía y la hermana. Mi madre le preguntó que dónde íbamos y dijo que al cielo. Y al insistirle sobre el lugar de destino repetía: "al cielo". Madre mía que ese avión no iba a tomar tierra. Me debió notar el pavor que me daba la idea porque se me acercó para decirme: "Mamaaaa, no tengas miedo". 
Miedo solo a que este mundo sea difícil, complicado, caótico o injusto para ti, para tu hermana. Miedo a no hacer lo suficiente para que seas feliz.
Y miedo a volar en avión siempre.

 






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