jueves, 12 de diciembre de 2013

Mis enanas

La peque ya tiene dos meses y, después de un largo día, descansa, como solo los bebés saben hacerlo, en su cunita. La peque es una bebé redondita, a la que dan ganas de achuchar y dar besitos a todas horas. Es simpática y sonríe mucho, sobre todo a su hermanita (sabe que le conviene llevarse bien con ella) y últimamente lo hace agradecida cuando se le cambia el pañal mojado. Cuando estornuda varias veces seguidas, deja escapar un sonidito "ouu" que es lo más bonito del mundo. Ama el arte, al menos el cuadro del amigo del papi que decora nuestro salón o los tapices de casa de los abuelitos. Desde prácticamente los primeros días, levanta su cabeza realizando un gran esfuerzo para mirar a la persona que la transporta o para mirar muy atenta a su alrededor. Adora también las lámparas. Es tranquilita (o la tranquila soy yo, según me ha dicho hoy el pediatra, que Lucía era más nerviosa porque también yo lo estaba y la pequeña más calmada porque yo también lo estoy). Pasa el día en su teta, y así va, cogiendo kilos que da gusto. Es nuestro nenuco ruiditos, ruidos que se perciben mejor en la madrugada. Van desde el crujido o su respiración de Peppa Pig, hasta la frenada de un coche de fórmula uno (de verdad). Su olor a bebé, su ternura, sus miradas, hacen que su mamá, osea yo, pierda la cabeza por ella y olvide por un momento todo lo trabajoso que tiene la maternidad estos primeros meses.

Mi piofaurio cumplirá en febrero tres añitos, cómo pasa el tiempo. No fue un bebé regordete y ahora es una niña espigadita. Guapísima. Sus ojos son deslumbrantes. "Toshía", así se autodenomina ella, tiene un carácter fuerte y siempre ha sido muy espabilada. A veces, y sobre todo al levantarse de la siesta, tiene muy mal humor y su palabra favorita es NO y todo es suyo (¡¡MÍO!!) , lo que a mamá piofaurio le hace sentirse mal con la familia o los amigos, pero esperamos que sea solo una fase, los terribles dos años. Le encantan los piofaurios, los tractores o máquinas similares, los vestidos de princesa, los zapatos de feria (tacones), los pitufos, cantar y bailar, el chocolate, los "pumpiaños selis" (los cumpleaños), los bebés... Tiene una voz dulce y expresiva y pronuncia de manera graciosa muchas palabras como el tan nombrado piofaurio, o las pioposas (mariposas) o su pío Pato ( su tito Paco). Posee la capacidad de hacer reir, de sorprender y de emocionar a sus papás. Nos hace reír con sus ocurrencias, como colgarse el bolso, ponerse muy seria junto a la puerta de la calle y decir que se va a "trabasar" con papá; nos sorprendió por ejemplo cuando se subió a un escenario con  su papu, en una cena benéfica llena de gente, para ayudarle a realizar un sorteo y luego cogió el micro y entonó un villancico; y a mí me emociona cuando después de leerle el cuento por la noche o en la siesta, me acurruco un rato con ella, disfrutándola y muertecita de cansancio, y de pronto me coge la cabeza y me da un beso de mamá.


4 comentarios:

  1. Ana García Salguero12 de diciembre de 2013, 15:25

    ¡¡Qué bonito!! ¡¡¡Me ha encantado!!!
    Estas pequeñajas nos sorprenden cada día con algo nuevo y estos primeros años son inolvidables.
    Un besazo.

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  2. Gracias, Ana!! Cierto, son increíbles!!

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  3. Guapa!! Si es que tienes dos niñas para comérselas y mira que a la "redondita" no la he visto ( ni catado) aún. Un besazo y sigue disfrutando de la maternidad como lo estás haciendo!!. Mariajo

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