domingo, 28 de febrero de 2016

Los abuelos nos dan diez mil vueltas

Las pequeñas piofaurios adoran a sus abuelos por encima de todas las cosas. Suele pasar, a mí me pasaba y me pasa. Y a Papá piofaurio también. Los Reyes trajeron a Lucía un libro de la maravillosa peli "Del revés". El otro día, leyendo  el capítulo de Alegría, respondió a la pregunta "y a ti, ¿qué te hace feliz?" con un rotundo: "ir a casa de los abuelos". (Por cierto, la que flipa con el libro y lo quiere leer todas las noches es Victoria y su emoción preferida es la ira cuando dice "¡¡Tú, ¿qué quieres?!!").


Papá piofaurio y yo también los adoramos, son nuestros padres, pero, últimamente, les estamos cogiendo un poco de coraje también. "¿Qué, por qué?" (Esta es otra de las frases de ira con las que se parte de risa Victoria).

1)  Papá piofaurio y el papu son los cocineros oficiales. Pues bien, Lucía me está desanimando por momentos a nuestro cocinero, porque para ella, como el papu no cocina nadie. Como mucho, alguna vez comenta que están empatados en algún plato. Pero el papu gana, sobre todo cuando le hace espaguetis a la carbonara o ensaladilla rusa.

2) Casi todas las veces en que le lavo el pelo a Lucía y luego tengo que intentar desenredarle los rizos me comenta lo mismo entre sollozos: que la babu tiene un producto mágico con el que no duelen nada nada los tirones. Yo he comprado ya varias marcas de desenredante del pelo infantil, pero se ve que no, que el de la babu no es, que ella sabe hasta donde se compra. Le tendré que hacer caso, angelito. Aunque ahora que tiene el pelo cortito, todo es más fácil. Voy comprendiendo a mi madre cuando me cortaba el pelo de chica y yo lo odiaba. Lucía está encantada, fue ella la que le dijo a la peluquera que le cortara "muchísimo".

3) La abuela Lola sabe mil cosas que nosotros, padre torpes, desconocemos. Por ejemplo, distinguir todos los frutos secos en un popurrí de frutos secos, que a veces contienen algunos muy raros ("La abuelita Lola sabe lo que es"). Y, como cose muy bien, pues puede arreglar todos los peluches que estén a punto de perder un miembro o toda la ropa que esté descosida o rota. 

4) Lucía de mayor dice que va a vivir en casa de los abuelos y, como nos descuidemos, se va antes. Con eso nos amenaza cada vez que se cabrea y nos dice que ya no somos sus padres. Ay qué ver. Y Victoria porque aún no habla muy bien, pero ya empieza a querer quedarse con "Mari" y monta el numerito cuando nos tenemos que ir de casa de los papus.

Pero bueno, no vamos a criticar al abuelo y las abuelitas, que también gracias a ellos podemos disfrutar de tardes noches previas a cumpleaños muy chulas, con cine, cena... Así que si hay que reconocer que son mejores, que nos dan diez mil vueltas, pues se reconoce. 


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