jueves, 15 de mayo de 2014

La teta



Dar de mamar a la peque tumbada en la cama, pegadita a ella, me da dolor de espaldas y me da calorcito, paz, amor a raudales. Le cojo la manita, abro los ojos, me suelta la teta, me mira fijamente y comienza a tocarme la cara, a darme golpecitos. De pronto hace un movimiento de búsqueda exagerado y vuelve a lo suyo con más ahinco. Hay mucha intimidad, mucha ternura, casi no se puede explicar con palabras.
La verdad es que soy una convencida y una enamorada de la teta. Aunque las verdaderas enamoradas desde que nacieron han sido mis niñas. Aún recuerdo con las ganas que Tosia comenzó a comer nada más nacer, lo que me asombró mucho (no tanto como sus ojos tan abiertos la primera vez que nos vimos cara a cara). Ellas siempre han querido la teta y siempre la han tenido: por hambre, por sed, por sueño, por consuelo, etc., a demanda es eso. Hablo en pasado, pero así continuó con la peque. Supongo que a veces hasta me he pasado, pero es que no lo sé hacer de otra manera.
 Con las dos tuve dificultades al comienzo. Son durillos los comienzos de la lactancia y de la crianza en general. Lo que se conoce como puerperio. Esto se debería explicar muy bien a las futuras mamis, para que no se sientan mal si se agobian mucho o se ponen tristes y, sobre todo, a las parejas y gente más cercana, se necesita ayuda y comprensión. Una está vulnerable por entero, incluidos los pezones; las boquitas minis y la poca experiencia del bebé hacen el resto. A mi me ha merecido mucho la pena seguir adelante, muchísimo. Sé que mis grietas o mis mastitis no han sido problemas tan graves como los de otras mujeres, pero en mis dos lactancias he buscado ayuda o he ido al médico, y me he.informado lo mejor que he podido. Una muchacha de la asociación Criar con apego me ayudó en ambas ocasiones.  En la primera ocasión fue nuestro pediatra el que me aconsejó acudir a ellas. Este hecho, después de leer las cosas que les dicen a otras mujeres algunos profesionales de la salud, me vuelve a convencer de que tenemos suerte con el nuestro y con las matronas que he conocido. Tosía no había cogido mucho peso. El pèdiatra y la asesora me explicaron que la bebé debía vaciar bien un pecho antes de pasarlo al otro, porque así tomaría la leche más cargada de grasa. Nada de diez munutos en un pecho y cambio, eso no funciona. Si alguna vez un pecho se me quedaba demasiado lleno, me lo vaciaba un poco manualmente, para prevenir otros males. A los cinco días de tener a Vistoria me dio una mastitis, pecho rojo y duro, escalofríos. El médico de cabecera me mandó antibióticos, pero yo sabía que debía curar las grietas, que aparecen por mal posicionamiento o mal agarre. Llame a la asesora de lactancia y me dijo que tenía que verme la teta. Así que un sábado por la mañana quedé con ella en su casa. Me aconsejo mucho Purelan, cambio de postura (que me enseñó allí mismo), no ponerme discos absorbentes sino unas copas recolectoras de leche y unos parches de hidrogel. Tener los pechos al aire es  muy eficaz también, ya que la idea es que la herida no esté siempre húmeda, y más barato. Mientras se curaba la grieta yo decidí también usar pezoneras, porque al cogerse la bebé veía las estrellas.  Tomé también probióticos, tras leer que pueden ser beneficiosos. Todo esto me sirvió. Mis tetas que son muy raras, según mi amiga Laura, que ha dado el pecho sin ningún accesorio.Mención especial en esto de los accesorios para mi cojín de lactancia. ¡¡I love you, cojín!!
Despues de las dificultades, disfruté y disfruto de una lactancia genial.Hay muchos momentos graciosos y un millón de.miradas de amor absoluto.  Lo que no quiere decir que todo sea perfecto. Desesperan algunas cosas, por ejemplo, las tomas eternas, sobre todo porque da mucha sed y te quedas sin energía. Con Tosía volví a verme completas las series Friends y Sexo en Nueva York. Con Vistoria me pasé al ordenador y, entre otras cosas, voy escribiendo este blog.
Como a mi nadie me convenció para dar el pecho ni para continuar, siempre lo he tenido bastante claro, yo intentaría no convencer a nadie que no quisiese coger esta opción. Pero me ofrezco a ayudar y animar a quien sí la elija, aunque sea contándole mi experiencia. Porque dar la teta me está regalando momentos inigualables y mis hijas se crian, se están criando, una más espigadita siempre, otra con ocho kilos redonditos de lactancia exclusiva, estupendamente.
Ayer leía en Facebook este artículo donde pienso que se explican todos los intríngulis de la lactancia de manera muy clara. Es algo muy natural, pero no está de más estar muy bien informada para respondernos las dudas y responder a todo aquel que te dé consejos sin ningún fundamento, que hablar es gratis. Para ello también es muy bueno el libro de Carlos González, Un regalo para toda la vida.
 Un regalo para las tres: mamá, Tosía y Vistoria. Y para papá piofaurio, que no ha tenido que levantarse de madrugada a preparar ningún biberón...

Posdata: una asignatura pendiente es hacerme alguna fotillo chula dando el pecho. Esta está bien, me la hizo un compañero del instituto un día que les visité con Tosía bebé, pero solo se intuye...

5 comentarios:

  1. Mari, qué derroche de ternura desprendes cada vez que escribes...
    Sabes, hace poco me enternecí viendo un anuncio de un bebé lactando. Añoro muchísimo ese momento de vínculo y conexión que nos regala la vida. A veces me he sentido como añeja por aconsejar con cierta obligación un acto tan natural como el de dar la teta. Gracias por exponer tus valiosas experiencias y afianzar así la importancia de la lactancia con todas las situaciones posibles que se puedan acontecer, que no son pocas...Es complicado.

    Y...una cosa: tus tetas son como tú, perfectas!! Ya sabes que no soy experta en formas pero sí en contenidos, ja ja..Siempre tengo un toque rural para cualquier comentario ;.)

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    1. Muchísimas gracias por tu comentario. Te conozco, pero no estoy segura de quién eres ;-)

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    2. Ya estoy segura de que eres tú. ¡¡Gracias!!

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  2. Gracias una vez más por estar ahí y por transmitir un sentimiento, una idea... Con herramientas de las que yo carezco pero que sabes que me han unido a ti y en cierta forma nos acompañarán en nuestros caminos

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  3. Tenía que dedicar unas palabras a la teta, y pocas son con todo lo que se vive y se siente. Gracias otra vez!!

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