viernes, 6 de enero de 2017

Nuestra Navidad

Vamos despidiendo la Navidad y en la familia piofaurio estamos de acuerdo en que la nuestra ha sido genial.

Hemos montado, destrozado, vuelto a montar y destrozar un belén demasiado viviente. Las bolas de nuestro árbol también han estado inquietas, incluso alguna pudo ir al cole algún día de la última semana. 







Hemos conocido mejor el pueblo de papá piofaurio, "escalando" por sus tierras, llenándonos los pies de barro  y saltando sobre el hielo de las zonas umbrías.



Hemos ayudado a encender una hoguera para cocinar unas migas en la plaza del pueblo vecino, mientras se escuchaban villancicos, jugábamos con el fuego y los mayores bebían vino de la tierra en porrón.



Hemos terminado y empezado el año en casa de los papus con la familia: nos ponemos muy guapas, la tita Leila nos peina, bailamos, subimos y bajamos la escalera mil veces, jugamos con las primitas y el primo Leo y terminamos durmiendo con la primita Inma en el sofá cama del salón de los papus ya casi al amanecer.

Hemos vivido unos días en una casa muy grande con chimenea con una familia muy maja de ibicencos. Hemos recorrido los laberintos de Medina Azahara, hemos subido mil escaleras por los torreones del castillo de Almodóvar del Río imaginando que éramos princesas que luchaban contra dragones y los papás hemos alucinado volviendo a visitar la mezquita de Córdoba.



Hemos gritado a Baltasar en la cabalgata para que nos tirara caramelos y antes de dormir nos hemos hecho preguntas como si los reyes tienen alitas como los angelitos o cómo es posible que se enteren de todo. Luego, por la mañana la ilusión con mayúsculas y ya la locura total en casa de los papus. 




Ha sido una muy feliz Navidad. Y ahora a por el resto del año.



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